La pandemia del coronavirus nos dejó grandes enseñanzas, ¡aquí te decimos algunas de ellas!
Luego de más de un año y medio de vivir con miedo, encerrados y bajo las normas de una pandemia, hoy somos mejores personas. La terrible experiencia nos dejó lecciones de las cuales quizá no estés consciente. Por Antonio García Araiza Te puede interesar: Enojo, tristeza y frustración: cómo lidiar con las emociones incómodas
El tiempo es un regalo
Si algo nos enseñó el encierro y la distancia es que el tiempo que pasamos con nuestros seres queridos es lo más valioso. Si no sabes qué regalarle a alguien especial, dale parte de tu vida y de tu tiempo, tu compañía y atención.
La distancia nunca será un obstáculo
Aunque físicamente hemos estado apartados de las personas a quienes amamos, de seguro con tu crush, tu novio o tus amigas te sentías superconectada. Eso quiere decir que para el verdadero amor no existen barreras ni distancia.
Los abrazos y besos medicinales
En cuanto se volvieron algo prohibido en nuestras vidas descubrimos su gran valor. Comprendimos que los besos son las vitaminas de la felicidad, y los abrazos –sin duda– reconfortan el alma.
El amor se vive en el presente
La pandemia nos enseñó lo frágil de la vida y lo incierto del futuro, pues esos amigos, primos o abuelitos quizá ya no estén a tu lado. Y como su ausencia duele, ahora sabemos que no hay nada como disfrutar los momentos con aquellas personas a quienes amamos.
El verdadero amor empieza en casa
Tal vez no te hayas dado cuenta, pero hoy estás más conectada que nunca con tu familia. Esto se debe a la convivencia, al miedo a perderse, a la protección que se han dado y, sobre todo, al amor que se tienen. Cuando las puertas se cierran, la que permanece abierta es la de la familia.
Extrañar es valorar
“Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”, y eso nos pasó a todos: no sabíamos lo felices que éramos hasta que empezamos a extrañar lugares, personas y actividades anteriores a la cuarentena. Valoramos más una fiesta de cumpleaños, la celebración familiar navideña, las vacaciones... ¡y hasta las clase en el cole!
Esperar es igual a amar y respetar
La paciencia es una virtud que la pandemia nos ayudó a desarrollar. Tuvimos que esperar mucho (y lo seguimos haciendo en algunos casos) para retomar nuestras actividades, también aprendimos a esperar para amar otra vez, ligar y vivir como estábamos acostumbrados. Suscríbete a la Revista Tú: https://www.tususcripcion.com/product/n-tu/ Síguenos en Instagram: @revistatumexico
