Las razones que hay tras nuestra elección de pareja no han escapado al ojo de la ciencia. Los investigadores han dado con ellas.
La razón por la cual elegimos a una determinada persona como nuestra pareja es un misterio hasta para nosotros mismos. De alguna manera, algo, a nivel consciente e inconsciente, nos atrajo. Pero, ¿qué es ese “algo”? La ciencia también se ha preguntado cómo es que opera la elección de pareja y aquí te contamos lo que debes saber.
Cómo eliges a tu pareja según la ciencia
Lo primero, y lo obvio, es partir de que la elección de pareja no es cuestión de azar. Aunque no lo creas, esta decisión es una de las más reveladoras sobre tu propio “yo”. En ella intervienen aspectos físicos, psicológicos y sociales.
Resulta que, cuando ves a tu pareja, es probable que veas un reflejo modificado de ti misma. Puede parecer un poco poética esa aseveración, pero, de acuerdo con la ciencia de la elección de pareja, tiene toda la posibilidad de explicar esto.
Ahora, no tomes tan al pie de la letra lo anterior, ya que aunque no te parezcas físicamente a la otra persona, lo importante está en los atributos que tienen en común. Hasta podemos decirte que los científicos ya tienen nombre para este fenómeno: se le conoce como emparejamiento selectivo positivo.
Es importante agregar que el emparejamiento selectivo ocurre a un nivel inconsciente. A su vez, esto explica por qué las parejas suelen ser similares entre sí, cosa contraría al dicho popular de que “polos opuestos se atrae”.
Atributos en común
El emparejamiento selectivo positivo obedece a un patrón que pone a los atributos en común por encima de los aleatorios. Se le puede encontrar, también, entre otros miembros del reino animal, pero, en el caso de los seres humanos, es más complejo.
Cuando decimos atributos en común hacemos referencia a un montón de factores comprendidos entre las características físicas, psicológicas y sociales. Es decir, nos sentimos atraídos por lo que tenemos en común, en cualquiera de estos ámbitos, con la otra persona.
Lo físico es especialmente interesante porque, según un artículo publicado por la Comisión Europea, al buscar a alguien con rasgos similares a los nuestros, estamos respondiendo a una orden evolutiva que ve por la supervivencia de los hijos, siempre y cuando esa característica resulte beneficiosa para el fin indicado.
Finalmente, resumimos lo anterior diciéndote que, al final, nos atrae en otra persona lo que vemos de nosotros mismos reflejado en ella, y eso, evolutivamente hablando, es con el propósito de heredar lo mejor de nuestra persona a la descendencia.