¡Así no habrá manera de que te vean la cara!
Es común que una historia no nos cuadre cuando el galán o nuestras amigas tratan de justificarse en algo en lo que fallaron, pero puede que digan la verdad. Es difícil saber si realmente nos están mintiendo o sólo es que estamos enojadas. Por eso te tenemos esta práctica guía que te dirá si alguien no te está diciendo la neta.
1. Habla más rápido de lo normal. Cuando mentimos, lo que más queremos es terminar de dar la explicación y salir corriendo de ahí, es por eso que comenzamos a hablar más rápido de lo que normalmente hacemos; otro indicador es que su voz comience a temblar o a balbucear.
2. Habla como si no estuviera involucrado. Normalmente alguien quiere sentirse fuera de la mentira que está inventando para, inconscientemente, no sentirse culpable; para esto, usa un lenguaje distante tipo “el partido no terminó a tiempo”, ahí no te está hablando de él, sino culpando por completo al juego.
3. Arruga la frente: las llamadas microexpresiones son ideales para detectar a los mentirosos, de hecho es la técnica que vemos que usan en las series de policías; si la persona levanta las cejas y arruga su frente, es una mala señal.
4. Habla en presente. Cuando algo se nos atraviesa, lo más normal es contar lo que nos sucedió en tiempo pasado, ya que estás describiendo lo que ya pasó. Cuando inventan una excusa sobre la marcha, sin darse cuenta, hablarán en tiempo presente.
5. Tarda en responder. Cuando vamos a mentir, mentalmente ensayamos todo lo que tenemos planeado decir y pensamos en todas las posibles preguntas. Si no tarda en responder tu interrogatorio, lo más seguro es que ya haya pensado en qué decirte o quiera evitar los puntos en lo que no pensó.
6. No te dice lo que le pides. Es más fácil evitar un tema que sentir la incomodidad de una mentira; cuando te ocultan algo preferirán cambiar el tema casi de manera inmediata, contestarte algo que no tiene nada que ver o hacer como que no te escucharon.
Si sientes que te están engañando lo mejor es que hables directamente con la persona y enfrenten el problema de manera directa, tal vez todo sea un gran malentendido.
Por: Gabriela Alvarado Cañizares
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