¿Sientes que algo falta en tu día a día? Puede que tu niño interior esté pidiendo espacio para volver a brillar. Aquí te van cinco señales de que te está extrañando:
- Olvidaste cómo divertirte
Ya no te detienes a hacer tonterías, jugar o reír sin razón. Si dibujar con crayones o cantar a todo volumen te parece raro, tu niño interior extraña esos momentos de pura libertad. - La creatividad anda desaparecida
Antes se te ocurrían ideas locas y hoy todo te parece “demasiado” o “fuera de lugar”. Cuando tu lado creativo se apaga, es porque la chispa de la infancia necesita recargarse. - Miedo a equivocarte
Si cada paso lo das con mil verificaciones y criticas cada error, recuerdas cómo en la niñez probabas mil cosas sin miedo. Esa valentía juguetona está esperando que la rescates. - Te abruma lo desconocido
Antes te emocionaba explorar rincones nuevos; ahora cualquier plan fuera de la rutina te estresa. Tu niño interior extraña la aventura y la sorpresa de cada descubrimiento. - Has perdido el asombro
Plantas que crecen, nubes con formas o un helado derritiéndose… ya no te sorprenden. Si notas que miras el mundo sin ese brillo en los ojos, tu parte infantil está pidiendo volver a maravillarse.
Tu niño interior no quiere hundirse en la adultez: anímate a jugar, dibujar o bailar sin pensar en “qué dirán”.
Dale un espacio en tu rutina para recordar que la vida también es magia, creatividad y risas sin filtro. ¡Tu versión más feliz te lo agradecerá!