Lo primero que debes hacer es aceptar que existe una relación tóxica con tus padres, después sigue los siguientes consejos.
Las relaciones familiares, sobre todo con los padres, pueden ser un terreno complicado donde emergen dinámicas tóxicas. La presión, las expectativas y los patrones en el comportamiento pueden complicar mucho las situaciones. ¡Vaya, vaya!
En este sentido, la relación con la madre puede influir significativamente en el desarrollo emocional y psicológico de una persona, por lo que abordar estas situaciones tóxicas implica comprender el problema desde su raíz.
En primer lugar, es fundamental reconocer que estos patrones tienen un nombre. La psicóloga argentina Camila Saraco mencionó a la “BBC” que se trata más de una “crianza tóxica” y aclaró que, en la mayoría de los casos, puede ser inconsciente, lo que no significa que la persona sea mala.
“Hay que fortalecer nuestra autoestima y seguridad para no ceder ante las manipulaciones”
Entonces, ¿cómo reconocer si tu mamá o papá está cayendo en la toxicidad? Aquí te contamos cómo identificarlo.
Señales de que tienes una relación tóxica con tu mamá
Los expertos han identificado características que pueden ayudar a reconocer a un padre que ejerce una influencia “tóxica”, lo que supone un riesgo pasivo a largo plazo. Algunos de estos rasgos clave son:
- Son abusivos: Ya sea físicamente, emocionalmente o a través de comentarios dañinos como “no lo lograrás” o “eres tonto”, o al monopolizar las tareas.
- Manipuladores: Pueden actuar como víctimas para chantajear y conseguir lo que desean.
- Controladores: Esta toxicidad puede surgir cuando la protección de los hijos se convierte en una presión excesiva, como imponer una carrera específica o un estilo de vestimenta.
- Son negligentes: El otro extremo de la sobreprotección es la falta de límites o atención a las capacidades únicas de los hijos, especialmente cuando son diferentes en lo físico, social o académico.
Entonces, ¿cómo lidiar cuando la persona tóxica es tu mamá?
Es esencial destacar que, según los especialistas citados, cambiar estos comportamientos, incluso si se trata de tus propios padres, puede ser imposible. La clave, según explican, es establecer límites emocionales y físicos, según sea necesario, para comenzar a respetarse a uno mismo.
“Hay que fortalecer nuestra autoestima y seguridad para no ceder ante las manipulaciones, y no vacilar cuando las palabras de esos padres puedan intimidarnos o desestabilizarnos”, señalan.
El portal español “ABC” resume esto de forma directa y comprensible. La idea es seguir estos pasos:
- Reconocer la existencia de una relación tóxica.
- Entender las dinámicas en juego.
- Procurar ser un adulto independiente y tomar decisiones propias.
- Aprender a establecer límites.
- Enfocarse en tu propio bienestar.